Cuando una relación va deteriorándose, hay indicios que nos avisan de que algo no funciona. La falta de comunicación entre los dos, las eternas discusiones o simplemente las pocas ganas de pasar tiempo juntos, denotan que algo no va bien. Este momento es la antesala de una ruptura y por miedo a que llegue, en la mayoría de las veces se tiende a alargar más de la cuenta.
Si finalmente se rompe esa relación, la persona pasa por varias fases que según los expertos son similares a las de un duelo. La primera de ellas es la de la negación, en la que no se acepta que la relación haya terminado y se intenta a toda costa recuperar a esa persona.
En la segunda fase, aparecen sentimientos de rabia y enfado y se buscan razones de lo que ha ocurrido. ¿Qué hice mal? ¿podría haber hecho las cosas de otra manera? Y un sin fin de preguntas que tratan de analizar la ruptura y calmar el dolor. El cual llega con más intensidad, en la siguiente fase donde se experimenta tristeza, e incluso se puede llegar a llorar.
La cuarta fase es la de aceptación, en la cual se asume lo ocurrido. Dejas de aislarte y recobras las ganas de ocupar tu tiempo centrándote en otras cosas. Tu actitud es más positiva y lo sucedido ya no bloquea tu vida, aunque todavía no puedes hablar de ello sin emocionarte.
Es en la última y quinta fase, la de asimilación, cuando has superado y asimilado esa ruptura, y tu mente ya está más preparada y abierta para hablar de ello sin sentir dolor. Es a partir de aquí cuando la persona ya está más preparada incluso para conocer a alguien nuevo. Aunque es aconsejable dejar todavía pasar un tiempo hasta que las heridas estén más cicatrizadas.
Segundas oportunidades
Si en cambio la ruptura no te pilla por sorpresa porque se trata de dar un respiro a la relación o se está dando una segunda oportunidad, los sentimientos son menos estresantes y todo se vive de forma diferente. Muchas parejas optan por terminar sus relaciones de manera paulatina para que el proceso de separación sea menos difícil. Pero en la mayoría de los casos, se hace muy complicado mantener idas y venidas de una relación porque pueden degenerar en más discusiones y toxicidad para ambos.
puff, pero llegar a la quinta es un dolor, en ese camino me autodestruyo, hay que salir rapido del hueco sino deja una cicatriz muy grande